Son muchas las paradas que no puedes perderte en tu visita al Castillo de Edimburgo, como el Mons Meg, los Honores de Escocia, la Capilla de Santa Margarita y la Piedra de Scone. Pero además, a la 1 del mediodía, podrás disfrutar de los emblemáticos cañonazos del cañón de las trece horas o cañón de la una en punto. Desde 1861 no falta este ritual en Edimburgo.

Historia del Cañón de las Trece Horas

El cañón de las trece horas, al igual que el Castillo de Edimburgo, tiene también guarda su propia historia. Dicen que a mediados del siglo XIX, un capitán de la Marina Británica fue a Edimburgo y vio que todos los relojes de la capital escocesa marcaban horas diferentes. Los relojes de la gente y los relojes de los edificios públicos. Debido a la costumbre de la puntualidad británica, este capitán vio necesario poner en hora todos los relojes y, desde el Castillo de Edimburgo, consiguió que se dispararan varios cañonazos a las 13 horas. Esta vez sí, con rigurosa puntualidad británica.

Esta tradición se repite todos los días a excepción de los domingos, pero con un cañón más moderno. El General de Artillería dispara el cañón de las trece horas, y aunque tiene mucha carga de tradición de Escocia, también se ha convertido en una actividad de gran reclamo turístico. Por este motivo si visitas Edimburgo y quieres disfrutar de este espectáculo, recomendamos estar un rato antes y poder coger sitio, especialmente si viajas en temporada alta.

Diversión en familia en el Castillo de Edimburgo

Tanto el cañón de asedio del Mons Meg como el Cañón de las Trece Horas son las atracciones preferidas de los niños en el Castillo de Edimburgo, por lo que la visita convertirá el viaje en una excitante experiencia familiar en la que podrán disfrutar, tanto los mayores de las vistas del Castillo y su historia, como los más pequeños con las tradiciones de Escocia, los cañonazos y las leyendas de los fantasmas del Castillo de Edimburgo.