El castillo de Belfast original fue construido a finales del siglo XII por los normandos. En un principio estaba situado dentro de esta ciudad de Irlanda del Norte, pero tras sufrir un incendio en 1708, tan sólo quedaron los nombres de algunas calles que indican que un día estuvo ahí. En vez de reconstruirlo en el mismo lugar, sus dueños prefirieron marcharse a las afueras de la ciudad, y de ahí surgió el Castillo de Belfast actual.
La edificación que hoy vemos fue construida en 1870. El castillo, hecho de piedra arenisca y ubicado sobre las laderas de la Colina Cave Hill, se sitúa en la parte superior de Antrim Road a cuatro millas (a 6,5 Km) de Belfast.
El castillo se encuentra junto a uno de los puntos más altos de Belfast, y ofrece excelentes vistas del río y la ciudad, sobre todo en días despejados y soleados.
Construcción del Castillo de Belfast
El actual castillo fue construido por el Marqués de Donegal, que comenzó con un presupuesto de 11.000 Libras. Pero a medida que iba avanzando la construcción, los costes aumentaron y el marqués tuvo que detener la obra. Afortunadamente el marido de su hija, Lord Ashley, ayudó en la financiación del proyecto y pudo concluirse el castillo. La construcción final se basó en una serie de torreones y una mansión al estilo escocés, de aspecto muy sobrio, y que puede pasar por una enorme casa nobiliaria antes que por un castillo. Este palacio fue diseñado por Charles Lanyon, un arquitecto e ingeniero que influyó muchísimo en la ciudad.
El Castillo de Belfast en la actualidad
Hoy en día el Castillo es propiedad del Ayuntamiento de Belfast y se usa para reuniones civiles y comerciales, aunque también se pueden celebrar bodas en él. Posee un pequeño centro de visitantes que ofrece una amplia panorámica de la historia de la fortaleza y sus alrededores cuyos orígenes tienen lugar en la Edad de Piedra.
Lo más divertido del lugar es que entras, la entrada es gratuita, y parece que te hayas colado en una mansión. La visita es libre, abre las puertas que quieras y anda por donde te apetezca. Lo único que has de respetar son las puertas que pone privado. Tiene además un parque infantil, un magnífico restaurante y una tienda de antigüedades. No se pueden olvidar de visitar la magnífica escalera exterior de la parte trasera del castillo.
Leyendas del Castillo de Belfast
Una vieja leyenda cuenta que los habitantes de este castillo de Irlanda solo tendrían suerte mientras viviera en el recinto un gato blanco, por eso se le conoce también como el castillo de los gatos de Belfast. Cierto o no, la leyenda se puede apreciar en los jardines, los mosaicos, las pinturas y en las esculturas de gatos que se pueden ver por todas partes.