Curiosidades del Castillo de Edimburgo


Edimburgo es una de las ciudades más misteriosas del mundo. Bien es cierto que Escocia, ciudad de Castillos, alberga mitos y leyendas desde hace siglos, pero especialmente como no podía ser de otra forma, dentro de las fronteras del Castillo encontrarás varias leyendas y curiosidades que harán tu visita al Castillo de Edimbrugo mucho más interesante.

Líos de espías en la Corona de Escocia

Las intrigas en la Corte Real vienen de largo. En el siglo XV los reyes ya espiaban las conversaciones para tener toda la información posible.

El rey Jacobo IV creó un sistema de escuchas en el Castillo de Edimburgo. Este sistema consistía en una brecha en la pared que daba con el Gran Salón y, de esta manera, escuchaba desde su escondite las conversaciones que tenían lugar en las reuniones.

Fue bautizado como Lord's ears; en español: "las orejas del rey".

Según dicen las malas lenguas, siglos más tarde, en el año 1984, Mikhail Gorbachev, expresidente de la URSS, para su viaje a Escocia pidió que se taparan las Lords ears como medida de seguridad.

Los guardias del Castillo de Edimburgo tenían su cementerio de mascotas

Los soldados del Castillo de Edimburgo podían enterrar a sus mascotas, por lo general perros, dentro de la fortaleza, en un pequeño jardín. Desde lo alto del castillo puede verse la parcela con las lápidas. Este cementerio tenía sentido si pensamos que anteriormente el Castillo de Edimburgo estaba aislado.

En toda Escocia solo encontramos un cementerio más para mascotas. Pero nos tenemos que ir a Fort George, muy próximo a Inverness.

Vivió allí un elefante que le gustaba la cerveza

Anteriormente, era muy habitual coger como triunfos en las guerras animales exóticos como tigres o elefantes, que luego utilizaban en otras guerras. A principios del siglo XIX las tropas escocesas llegaron a Edimburgo desde Ceylán (Sri Lanka) con un elefante.

La curiosidad de esta historia no es la captura del elefante, sino que lo adoptaron como mascota del Castillo de Edimburgo, que se convirtió en su nuevo hogar.

Los guías que encuentres en el Castillo te contarán que el elefante y el cuidador del elefante bebían cerveza juntos y luego se iban a dormir a los establos.

La única documentación que sobrevive de todo esto es un dibujo de una persona de Edimburgo, con el elefante y el regimiento seguidos por un grupo de niños; y unos cuantos dedos del animal, ambos expuestos en el Museo Nacional de la Guerra, dentro tambiés del Castillo de Edimburgo.

La capilla de Santa Margarita es el edificio más antiguo de Edimburgo

La capilla de Santa Margarita es el edificio más antiguo del Castillo de Edimburgo y el más antiguo de la propia capital de Escocia. De 1130 y estilo románico la Capilla de Santa Margarita es historia viva de la ciudad. 

Santa Margarita, madre del príncipe David, fue reina de Escocia desde 1070. Años después de su muerte, su hijo, ya rey David I, mandó construir una capilla en su honor. Después de la restauración en el siglo XIX, se añadieron vidrieras modernas. Por lo que también podemos observar un contraste entre las características arquitectónicas románicas, como el arco de medio punto.

Prohibido el paso a estudiantes supersticiosos



No solo son los fantasmas los únicos que hacen del Castillo de Edimburgo la casa de las leyendas de Escocia, sino también las historias de supersticiones.

Una de las supersticiones más famosas del Castillo avisa a los estudiantes de Edimburgo que si entran en el Castillo antes de su graduación, la mala suerte llegará hasta sus exámenes finales.

Pero como historietas y leyendas se pueden encontrar a pares en Edimburgo, también se dice que frotarle el dedo a la estatua de Hume, en la Royal Mile, da buena suerte a los estudiantes. Así que se puede visitar el Castillo de Edimburgo y luego compensar la balanza.

La Piedra del Destino ha protagonizado coronaciones, chantajes y hurtos

Seguramente, el objeto más misterioso que podemos encontrar en el Castillo de Edimburgo sea la Piedra del Destino o Piedra de Scone.

Durante muchísimos años, sobre la Piedra de Scone se coronaron los reyes de Escocia, hasta que en 1296 Eduardo I de Inglaterra la robó, la llevó a Inglaterra y la incorporó a su trono. Algunas historias aseguran que, en esa época, la Piedra del Destino se ocultó y se intercambió por otra.

Cierto o no, la Piedra del Destino siguió protagonizando historias. El 25 de diciembre de 1950, cuatro universitarios escoceses se colaron en la Abadía de Westminster para robar la Piedra de Scone y devolverla a Escocia. La desgracia fue que se les cayó y se rompió en dos partes. Acabaron por dejarla en la abadía de Arbroath, en Escocia, pero fue devuelta a Westminster.

Los escoceses no tuvieron de nuevo la Piedra de Scone bajo su posesión hasta 1996, que el gobierno de Inglaterra decidió tener un buen gesto con Escocia y que la Piedra del Destino regresara a su tierra. Eso sí, condición es que puedan coronarse sobre la Piedra los monarcas ingleses en la Abadía de Westminster.

Quema de brujas en el Castillo de Edimburgo

Desde el siglo XVI al siglo XVIII, donde se encuentra la explanada del Castillo de Edimburgo se quemó a 200 personas acusadas de brujería. La mayoría de ellas eran mujeres.

Edimburgo fue la ciudad escocesa con más asesinatos por brujería: la mayor parte de supuestas brujas eran estranguladas antes de que las quemaran en la hoguera de la colina del Castillo (Castlehill).

En recuerdo, en un rincón de la explanada de Castlehill se instaló El pozo de las brujas o Witches’ Well (El pozo de las brujas), que se trata de una fuente con figuras talladas que representan el bien y el mal.

Aquí nació el primer monarca que reinó en Inglaterra y Escocia

La reina María Estuardo (Mary queen of Scots), dio a luz a Jacobo, su único hijo, en una de las habitaciones del Castillo de Edimburgo. Un año más tarde, encarcelaron a María Estuardo y la obligaron a abdicar en favor de su hijo Jacobo VI, que con solo un año fue proclamado Rey de Escocia.

En 1603, Isabel I, última Tudor, murió sin haber dado a luz a ningún descendiente. Como Jacobo VI, por parte de Margarita Tudor, era descendiente del rey Enrique VII de Inglaterra, se le proclamó entonces rey de Irlanda, siendo a su vez monarca de Inglaterra e Irlanda. De esta forma, durante más de dos décadas, Jacobo VI y I gobernó sobre Escocia, Inglaterra e Irlanda. A partir de ese momento, los monarcas comenzaron a reinar de manera conjunta en todos los territorios de Reino Unido.

En el Castillo de Edimburgo han vivido varios reyes, pero la mayoría han tenido como residencia el Palacio de Holyrood, la actual residencia oficial de la familia real cuando visita Edimburgo. El Palacio de Holyrood está situado a menor altura, es menos fría y el viento no castiga tanto como en el Castillo.

Información útil sobre las Curiosidades del Castillo de Edimburgo

Compartir este artículo